domingo, 21 de junio de 2009


"Las Crónicas del pato Gilberto":Capítulo 1
Como cada mañana, en el mismo estanque en el que vieron por primera vez el sol, la familia Sáez de Buroaga, (tradicionales "Anas platyrhynchos" o ánade real, de patos vamos), preparaban el desayuno. Mientras los pequeños patitos hijos de Cosme y Emilia montaban un terrible escándalo para llamar la atención de sus primos, algo mas mayores; eran dos: Jose Miguel, que estudiaba parapsicologia y se iba a licenciar con matrícula de honor, y Juliana, propietaria de un estanco.

Los Sáez eran una familia que cultivaba los valores tradicionales, eran dueños de su moral y
considerados entre sus conocidos y vecinos como personas con las que poder contar y a las que pedir consejo. El abuelo Sáez, de hecho, un digno y altivo pato, culto y juicioso, era visitado por aves de toda la región debido a su sabiduría por todos conocida. Solía decir lapidariamente:

-Yo, soy un hombre afortunado: mi primera esposa Loreto que en paz descanse, recibió un
perdigonazo en vientos lejanos, por aventurarse se convirtió en alimento de cualquier humano ávido de su ardiente cuerpo. A la naranja, ella siempre bromeaba con que ella estaba mas buena a la naranja; lo cierto es que era impetuosa y desgarbada y eso le costó la vida, yo le dije: Loreto eres demasiado impetuosa y desgarbada pero acto seguido reía y salía disparada volando para que yo la persiguiese. Ese día le avise de que se oían disparos al Este, que no se dirigiera allí, y no me hizo caso... ah, fue muy triste para mí pero aquí estoy, vivito y coleando y siempre con un pescado fresco que llevarme a la boca. Para que moverme de mi territorio si vivimos en una región con un clima imperturbable todo el año, donde siempre hay alimento y donde lo tengo todo.

Luego el abuelo Sáez narraba paso por paso como fue perdiendo a sus otras ocho esposas,
enviudando de vez en cuando y dándole algo más que contar, fomentando su leyenda.Pero la familia Sáez, como todas las familias tenía una oveja negra. Mientras los mayores recogían de
la mesa el desayuno, los pequeños jugaban entre los juncos con la energía de los arenques de
importación del desayuno. Andresito, uno de los mas pequeños, bajito y regordete escucho un
gemido, y sin decir nada se metió en la maleza para ver de que se trataba. El agua le llegaba a sus rodillas y los juncos, altos y muy frondosos en esa parte del estanque, tapaban al sol convirtiendo en sombría la alegre charca. La horrible visión enmudeció al pequeño Andresito, el silencio envolvía su mente hasta que una frase lanzada al aire hizo romper su abstracción:

-Andresito, mozo, -una voz gutural y libertina, provenía de un bulto medio tumbado en un charco de barro junto con una pajarita bastante atractiva, pero con un aspecto un tanto disoluto
- que bien te veo esta mañana... anda, no tendrás por ahí algo de dinero, jejeje, porque Whisky no tienes a que no, jejjejeje, y que no me entere yo, a que no está bien, a que no... díseloSandy.

-Eeeeestáaaaaa mal... jeje, no, no, en serio no bebas si no quieres acabar como éste haragán jeje, que termina gastándose todo el jornal en sus vicios, casi no tiene para invitarme a otra copa, jejejjej. ¿Por cierto, te han dicho que eres muy mono? ¿cuantos años tienes? ¿dos o tres no?-
-Tttetengo ddododos y... cuaaatrrtro meses.-
-Jejeje, cariño es super mono- dijo dirijiéndose al bulto- ven cariño que te voy a enseñar un par de cosillas, corre de la cuenta de tu tío.
El bulto se incorporó, y entonces Andresito, tembloroso, pudo ver con todo lujo de detalles, la
erección de su tío Gilberto, la cara del pequeño no podía estar mas tensa, él creía que iba a pegar un chasquido y romperse de un momento a otro.
-Bueno, pues yo no pinto nada aquí, pásatelo bien Sito, Sandy es toda una profesional, jejeje.
Justo en ese momento en el que Gilberto se retiraba de la escena, irrumpieron abrúptamente el
abuelo, Cosme y la trupe entera de niños curiosos e impactados, que al no ver a Andresito, habían ido a avisar a sus familiares. Tras esbozar una exageradísima mueca de dolor, el abuelo Sáez se recompuso, alzo ágilmente la garrota y dejó caerla contra la cabeza de Gilberto.
-¡Pero qué haces puto degenerado, por si no teníamos suficiente con tu persona... alcoholizado y gastándote el dinero en las tragaperras y con pajaritas de vida alegre como ésta, quieres también pervertir al niño! Aaaaaah, hijo de Sodoma, hemos pasado por muchas de tus excentricidades, hemos caido una y otra vez en tus juegos, pero ésta vez ya te has pasado, ésta vez no vas a quedar impune, el peor de mis hijos... desde éste momento, quedas desheredado, no solo eso, no quiero volver a verte en mis tierras, ni en región, la próxima vez que te vea te meteré una bala entre las cejas.
Gilberto asintió pasivamente, sólo alterado por la inflamación del impacto de garrote en su cabeza, se dirigió a su casa, y se echó a dormir.
Artista total

1 comentario:

  1. Pobre tío Gilberto, a él que lo que le gusta es la "buena vida" y solo quería inculcarle valores a su sobrino... Maldito sea el abuelo, que les cortó a todos el rollo a todos, garrote en mano.

    Esto, lo que parece (no sé si estaré errado) es el primero de muchas historias cortas del Pato ¿no? Porque la verdad es que te deja con ganas de saber más.

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