miércoles, 1 de julio de 2009

Hoy la tercera etapa de mi monográfico sobre las emociones y tipos de sufrimiento.

-"Realmente no pude calificar como de sorpresa, o de angustia aquel pequeño incidente; un sufrimiento como ese... tan solo diré que me resulto una putada"-.
Como hombre solo puedo decir que soy de las pocas personas que no se han pillado nunca con la cremallera de los pantalones, es que, vamos a ver, en ésta vida hay prioridades, por muy caótica que sea una situación, siempre hay que respirar hondo y realizar tal acción de manera pausada y con cuidado: una sierra dentada que se cierra y se abre frente al ( desde el punto de vista biológico y de preservación de la especie) lugar más preciado y sensible de nuestros cuerpos debe ser tenido en cuenta.
Un brindis por nuestros prepucios, siempre alerta. Un saludo.

3 comentarios:

  1. La verdad es que a mi tampoco me ha pasado nunca, quiero pensar que es por ser cuidadosa y no por mi carencia de prepucio.

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  2. Oh sí, a veces pienso que la vida sería más fácil sin él, lo que yo daría por ser mujer o hebréo... jejeje, ya me documentaré sobre los problemas de mujeres a la hora de ponerse algún atuendo, pero recuerda Mari: eres afortunada.

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  3. el arista y yo conocemos bien un caso de esos.. jeje- (luis te keremos)

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